
Cuándo y dónde
Desde los orígenes de la civilización occidental la geometría fue considerada un saber fundamental para el conocimiento del mundo, que además acercaba el espíritu a la Verdad. Fue considerada una de las siete artes liberales medievales y durante el Renacimiento el vínculo con el arte fue decisivo: los ideales de armonía, proporción, perspectiva y número de oro constituyeron su fundamento. Luego, estos conceptos fueron retomados indefinidamente hasta nuestros días. El derrumbe de la pintura figurativa en el siglo XX dio lugar a composiciones que exploraron el hecho pictórico puro y la geometría reveló un orden esencial en sintonía con conceptos metafísicos contemporáneos y por qué no, con ideales místicos ancestrales.
Desde fines de los años 60 José Luis Maccari creó estructuras-objetos de rigurosa ejecución: recurrió a un proceso a la vez arduo y poético de superposición y ensamble de fragmentos blancos sobre blanco que componen estructuras geométricas precisas, estrictas, concretas.
En una carta fechada el 12 de septiembre de 1968, Julio Payró escribía:
He visto sus dos relieves con positivo deleite. Son obras dignas de su exquisita sensibilidad, honrosamente meditadas y de una pureza incomparable. Viéndolas me he sentido a la vez en el siglo XX y en los días de la espiritualidad egipcia y del idealismo griego. Hay un no sé qué en esas composiciones que me obliga a evocar la belleza abstracta de la arquitectura del Antiguo Imperio y también las estelas funerarias del Siglo de Pericles. La invisible sutileza de sus soluciones formales, la riqueza y variedad de esas rectas y de esas curvas, la sabiduría que entrañan esas relaciones de planos me entusiasma.
Maccari se enfoca en la búsqueda de la armonía, en la esencia de las formas, en la sutileza de los reflejos y de las sombras.
En sus palabras, la serie Relieves fue inspirada por el material:
el cartón finlandés me fue dando la seguridad de que los cortes iban a ser enormemente limpios y acordes con la geometría. En hojas blancas, hacía dibujos y después le daba un relieve con el mismo lápiz. Al momento del armado, el mismo material me daba la posibilidad de ahondar ciertas partes, sumando espesor de cartón. Es decir, dando más relieve.
Quise siempre que fueran blancos porque la lección del material conlleva la aparición de la forma y el consiguiente formalismo, evitando siempre el exceso de sentimentalismo ya que el blanco se asienta como potencialidad expresiva.