Promoción de la alimentación saludable

Implica brindar información nutricional simple y comprensible sobre los alimentos (envasadas o no) y bebidas analcohólicas, para que las personas puedan tomar decisiones de manera informada y consciente. Se lleva adelante, principalmente, a partir de la implementación de la ley de 27.642 a través de sellos octogonales de advertencia que informan en los alimentos envasados sobre el exceso de componentes críticos para la salud.

Además, se busca:

• Estimular la incorporación de variados grupos de alimentos de manera equilibrada, suficiente, agradable y accesible.
• Adecuar la alimentación a las necesidades de cada persona o grupo social en función de su cultura, su edad, las actividades cotidianas y las diferentes épocas del año para elegir frutas y verduras de estación.
• Incorporar la noción de comensalidad que promueve el disfrute, la convivencia, la solidaridad en torno a la comida, al acto de comer. Y a partir de ello, generar espacios de reflexión sobre nuestros hábitos alimentarios. Es una experiencia que une a las personas, fomentando vínculos sociales y culturales significativos, como la transmisión de tradiciones a partir de recetas o formas de elaborar las comidas, , fortaleciendo un sentido de identidad y de pertenencia.

Contempla las medidas y prácticas que aseguran la inocuidad y la higiene de los alimentos, así como la producción de los mismos sin la presencia de tóxicos.

Los objetivos son:

• Promover acciones y prácticas para asegurar que los alimentos que consumimos sean seguros y no representen riesgos para la salud. A partir de la implementación de controles de calidad, de prácticas de manipulación y procesamiento de alimentos junto a rotulados nutricionales claros en los alimentos envasados. 
• Garantizar disponibilidad de alimentos en cantidad y calidad adecuadas, así como un acceso sostenible a los mismos. Todas las personas deben tener la posibilidad de producir o adquirir alimentos de manera regular, sin comprometer su salud, asegurando una nutrición adecuada.

Enfatiza el derecho de las personas a decidir qué alimentos consumir y cómo producirlos. Para lograrlo, es fundamental comprender el contexto de sostenibilidad ambiental, diversidad cultural fortaleciendo los circuitos de comercialización locales, así como las economías sociales colaborativas y solidarias.

La sostenibilidad ambiental implica acceder a los recursos de manera responsable, minimizando los impactos negativos en el ambiente, garantizando la disponibilidad de los mismos para generaciones futuras. 

La promoción de prácticas de producción y consumo sostenibles buscan lograr un equilibrio entre las necesidades de las personas y sus entornos.

Las economías solidarias promueven la producción agroecológica, el comercio justo y la participación activa propia de las y los productores locales las cuales se enmarcan en valores de colaboración, solidaridad y participación de diferentes actores en la cadena alimentaria, como productores, consumidores y comerciantes locales. La promoción de circuitos de comercialización locales es fundamental para fortalecer la soberanía alimentaria.