
Cuándo y dónde
La suavidad de las almohadas es una intervención poética sobre dos piezas de la colección. Como núcleo conceptual se presentan Autorretrato y Fille endormie, ambas de 1932, de Foujita pertenecientes al acervo del Museo Castagnino.
Los diversos modos de la subjetividad y la autorrepresentación se encuentran entre los tópicos que nos invitan a pensar ambas piezas.
El mostrar en conjunto las dos obras recupera la tradición de Asia Oriental de exhibir las piezas en determinadas ocasiones y luego son guardadas. Hay un tamiz religioso, si se quiere, también en este acto. Contemplar ambas imágenes sabiendo que luego volverán a ser guardadas.
Para el título he pensado en El libro de la almohada (枕草子) de Sei Shōnagon. Hay algo de suavidad en sus imágenes, especialmente en Fille endormie. Los límites imperceptibles entre su cuerpo y el entorno me hace pensar en los mundos que se nos abren hoy a partir de las redes sociales y la incipiente IA. También en los modos de presentarnos y retratarnos ¿Quiénes somos en relación al otro? ¿Cómo nos vemos? ¿Cómo nos proyectamos? Este conjunto de interrogantes aparece como una deriva de la contemplación de ambas piezas.
En términos espaciales me interesa generar una atmósfera íntima que invite a la contemplación de las dos piezas. Un oasis en medio de la ciudad. Así como Foujita implica un paréntesis en la historia del arte del siglo XX, ese mismo espíritu puede inundar al espacio.
“Foujita es un contemplativo. Observa su medio, lo pinta. En la dulzura de sus imágenes hay algo que trasciende su tiempo. Son frescas y parecieran ser un fresco. Salen de la pared, están en el papel y, sin embargo, nos llevan a la pared. Foujita recorre el continente, deja Montparnasse y viaja. Olvida su atelier, olvida esas noches y recorre tierras que sus contemporáneos no han hecho. En algún punto, se acerca a Gauguin al dejarlo todo. Pero su recorrido es distinto. No niega la civilización, vive en ella. Para en hoteles, le ofrecen banquetes, en cada sitio es reconocido. Saben que ha llegado. No pasa desapercibido. Tiene una alegría de vivir.
Si figura tiene un halo de estelaridad. Un equilibrio entre la energía masculina y la energía femenina. Un juego permanente. Su imagen trasmite alegría y sus piezas serenidad. Así como hay un equilibrio entre sus energías femeninas y masculinos lo hay con Oriente y Occidente. Su obra condensa ambas tradiciones.”